Dédalo e Ícaro. <p>La historia mitológica de Dédalo e Ícaro ha sido siempre una fuente popular de la inspiración para los artistas.</p>
<p>Según la leyenda, Dédalo era constructor famoso del inventor constructor. Y era su capacidad como listo artesano lo que trajo Dédalo a la atención de rey Minos.</p>
<p>El rey de Creta pidió a Dédalo que diseñara y construyera un laberinto extenso - un laberinto pasillos torcidos y pasos complicados - en cuál podría ser ocultado el monstruo conocido como el Minotauro.</p>
<p>En algunas versiones de la historia, el rey Minos entonces encarceló Dédalo y su joven hijo Ícaro en el laberinto, quizás como castigo, o quizás simplemente para asegurarse de que el inventor no revelaría el secreto de su creación del laberinto.</p>
<p>Dédalo no aceptó su encarcelamiento pasivamente. En cambio, ideó un plan para escaparse de Creta. El astuto hombre diseñó las alas hechas de plumas juntadas con cera, que él planeó en usar para volar de la isla.</p>
<p>Cuando acabó las alas, Dédalo e Ícaro podrían elevarse en el cielo como pájaros - pero antes de que su viaje comenzara, Dédalus advirtió a su hijo que permaneciera en la trayectoria media, evitando el sol y el mar. Sin embargo, Ícaro, emocionado con la energía del vuelo, se olvidó rápidamente de las advertencias de su padre, y consecuentemente el muchacho falleció porque voló cerca del sol (el calor del sol derritió la cera que sostenía sus alas juntas).</p>
<p>En esta pintura hermosa, Leighton ha capturado un momento del mito. El artista ha representado la escena en la cual Dédalo advierte a su hijo impetuoso de los peligros que harán frente durante su vuelo.</p>
<p>Ícaro es tan hermoso como cualquier estatua, las telas y las alas griegos idealizados se cruzan en una diagonal dinámica a través de la pintura. En contraste, Daédalo aparece como un viejo arrugado con la piel profundamente bronceada por el sol.</p>